martes, 20 de mayo de 2008

GRECIA: EREBO, TÁRTARO Y EL PALACIO DEL HADES: EL CONCEPTO GRIEGO DEL ALMA

La muerte en las sociedades antiguas era un concepto completamente indisociable de la vida, por aquello de que sin vida no puede haber muerte, y además es un concepto que a la vez genera miedo y respeto, ya que es algo desconocido, es un espacio, un lugar que no se puede conocer entre los vivos, por esta razón la necesidad humana de crear percepciones acerca de esa “realidad” que se debe enfrentar después de la muerte, y mas aun cuando se considera que es una eternidad la que se debe pasar en “el mas allá”.
En el caso griego podemos ver claramente la importancia que se le da a la muerte, no solo en el aspecto material, sino también en el aspecto “psicológico”, ya que es en la sociedad griega en donde encontramos una detallada descripción del inframundo, un inframundo que es increíblemente estructurado y en donde podemos ver por primera vez elementos tomados por el Imperio Romano y que por esta vía llegaron hasta el cristianismo y también es necesario tener en cuenta que el concepto que se tenia de la muerte cambiaba según la realidad social.
Para entender la importancia de la muerte en la sociedad griega es necesario primero entender el concepto del alma que tenían. Según Platón el alma es inmortal, imperecedera, él mismo nos dice que el cuerpo solo es una cárcel para el alma, cuando se muere, el alma se libera y puede seguir su existencia sin seguir atada al cuerpo. Probablemente es gracias a este concepto del alma que los griegos vieron la necesidad de crear un mas allá muy elaborado en donde las almas pasarían la eternidad según su forma de ser en vida, elemento este que podemos ver presente también en el cristianismo.
En un principio, el hombre quiso dar explicaciones acerca del por qué de sus orígenes y las encontró gracias a los diversos mitos que fue creando, dando razones del por qué el origen de la naturaleza y de las cosas, por qué existen y cuáles son sus funciones.
Los griegos comenzaron a valorar al ser humano y por lo tanto crearon la concepción de que sus dioses poseían cuerpos como los humanos, y poseían tanto defectos como cualidades como cualquier ser humano, salvo que son inmortales y estaban dotados de poderes especiales. Los dioses principales vivían en el Olimpo.
Lo anterior implicaba que los dioses no podían morir; y según los griegos la vida y la muerte estaban estrechamente unidas. Esto permitía a los griegos a disfrutar la vida, sin embargo Platón rompió con el paradigma anterior, pues según Platón, la muerte no existía, solo era un cambio; y que la vida era una residencia en el conocimiento. La muerte es una discontinuidad, que le otorga un mayor significado a la vida.
Rapsodas como Hesíodo y Homero han plasmado en sus obras La Teogonía, la Iliada y la Odisea respectivamente; inculcaron sentimientos y valores a los helenos. Un ejemplo de ello es el ideal de la muerte a través de los héroes, pues éstos intentaban superar lo caótico que era la muerte, pues la idea del inframundo era insensible e informe.

El inframundo era imaginado como un mundo oscuro, frío y tenebroso, que era denominado Hades; tal era el temor de los griegos. Del mismo modo cabía el temor de que una persona que estuviese en el inframundo regresara al mundo de los vivos y se vengue de la gente. No solamente existía el inframundo sino los Campos Elíseos, un lugar solamente destinado para aquellos elegidos por los dioses para vivir allí.
Los griegos creían que el alma dejaba el cuerpo y luego llegaban a un lugar maravilloso, donde había unos jueces que mandaban a los justos al cielo y por la derecha, luego de colgarles un rótulo con lo juzgado; y a los injustos por la izquierda hacia abajo y con la señal de lo que habían hecho. Dichas entidades que guiaban a las almas al inframundo era Erebo, que éste los conducía al Tártaro, otra divinidad que se asoció a Hades, dios de la muerte. En dicho lugar había sufrimiento eterno y se castigaban a los pecadores. La entrada al inframundo estaba custodiada por Cerbero, un perro con tres cabezas. En el centro del inframundo se encontraba el palacio de Hades, un lugar más tenebroso aún, que poseía numerosas puertas.





En lo referente a lo material podemos ver rituales establecidos claramente como la quema del cuerpo en la pira funeraria, llorar al muerto y realizar un banquete en honor a él. Además en la tumba se colocaban lécitos que indicaban la parte del viaje al inframundo en la que se encontraba el alma del difunto y lo que llamaban láminas órfico-dionisiacas que le indicaban al alma del fallecido el camino que debía seguir. Todos estos eran rituales y practicas que garantizaban la paz y el paso del alma al otro mundo, pero además tenia un propósito claro y este era el de hacer respetar los caminos de la muerte, muy necesario para que los dos mundos (el de los vivos y el de los muertos) no se entremezclaran. Este es otro de los aspectos del miedo hacia la muerte, no solo se temía a la muerte en si, sino también a que los mundos se mezclaran o a que los muertos volvieran del inframundo.
En lo concerniente al respeto de los caminos de la muerte hay cuatro figuras muy importantes que ayudaban a que estos caminos fueran seguidos correctamente, eran los guías de las almas: Hypnos (sueño), Thanatos (muerte), Hermes y Caronte. Estas figuras van tomando importancia según la época en la que se vivía en la sociedad griega, por ejemplo, Hypnos y Thanatos, los gemelos, ayudaban a llevar el cuerpo del difunto a su tumba, se creía que ellos facilitaban el cumplimiento de las honras fúnebres heroicas en la patria del difunto. Las representaciones de los gemelos eran muy comunes en los principios de la sociedad y se creía que ellos representaban una etapa de la muerte en la que solo los guerreros y aquellos que eran victimas de la kalos thánatos (bella muerte) tenían ingreso garantizado al inframundo.
Esta percepción de la muerte cambio radicalmente en la época de oro de Atenas y de la democracia y por supuesto con la creciente importancia de la figura de Caronte. Caronte, el barquero infernal que transportaba a los muertos a través del rio Aqueronte para que pudieran entrar al Hades. Muchos creen que la figura de Caronte “democratizo” la entrada al Hades ya que cobraba una cantidad mínima que todos los miembros de la sociedad podían pagar. Por ultimo esta la figura de Hermes, el dios de las puertas y de los caminos, conocido también como Hermes psicopompo era la unión entre el mundo de los hombres con lo celestial y guiaba a las almas desde sus tumbas hasta la barca de Caronte, aunque con el paso del tiempo la figura de Hermes fue desapareciendo ya que se representaba a Caronte llegando hasta la tumba para embarcar a las almas.
Estas cuatro figuras garantizaban el respeto de los caminos de la muerte, amortiguaban el miedo a lo que llaman el “revenant”, el regreso de los muertos al mundo de los vivos, era necesario cerciorarse de que el muerto estuviera en realidad “completamente” muerto, porque nada se temía mas que la vuelta al mundo de los hombres , además en las representaciones del Hades existía también una criatura, su trabajo consistía en vigilar la entrada para que los vivos no entraran pero sobretodo para que los muertos no salieran, Cerbero, el perro infernal que muy pocos podían evadir.
Podemos ver así un concepto de la muerte y del inframundo bastante elaborado en la sociedad griega, que respondía a las necesidades de la gente según la realidad social presente pero que a través de todas las etapas era un imaginario creado para apaciguar el miedo a lo desconocido y para dar cierta tranquilidad acerca de la morada eterna del alma, tan importantes fueron estas representaciones de la muerte en Grecia que muchas de ellas persistieron y llegaron hasta nosotros a través del cristianismo, con varios cambios, es cierto, pero sin duda alguna mostrándonos la gran relevancia que tuvieron y siguen teniendo las respuestas que se pueden dar acerca de la muerte para la gente de la sociedad así sean construcciones religiosas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy buena informacion me gusta

Anónimo dijo...

muy bueno

Anónimo dijo...

./.